Cisternas de lluvia

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08-marzo-2014

Cisternas de lluvia, una alternativa inteligente

Las cisternas de lluvia son una alternativa inteligente para una residencia, ya que implican gran ahorro económico y son fáciles de manejar y mantener.

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En casos de que se desee acumular mas cantidad de agua o no haya espacio en la superficie exterior, se puede recurrir a cisternas soterradas. Su complejidad es mayor. (Suministrada)

Por Sofía Muñoz Puig / Especial para Construcción

Si más de la mitad del agua que se emplea en un hogar va a parar a las alcantarillas, los costos del servicio de agua potable aumentan, las inundaciones son la orden del día y los recursos de agua naturales apenas dan a vasto, entonces qué mejor opción que una cisterna.

Las cisternas de lluvia son una alternativa inteligente para una residencia, ya que implican gran ahorro económico y son fáciles de manejar y mantener, de acuerdo con el ingeniero mecánico y auditor energético, Rafael Parés.

Los propietarios con cisternas en sus residencias ahorran en la factura de agua hasta un 20% a 80%. “Nos creemos que los recursos naturales de agua son infinitos y no lo son”, advierte María Cristina Peña-Carro, asesora de LEED y consultora en esta área para obras de construcción. “Decidirse por una cisterna es dar un paso a favor de la conservación de recursos naturales”, afirma, al agregar que utilizarlas aporta al manejo de escorrentías e inundaciones.

Por otra parte, es un método que “conserva energía porque bombear agua desde las represas a las casas cuesta”, explica Peña-Carro. “Si en Puerto Rico llueve mucho y los costos de ‘utilities’ siguen subiendo, por qué no aprovechar los recursos que tenemos. Capturar nuestra propia agua y usarla es totalmente efectivo, en vez de que ésta venga desde un lago bombeada por un tubo hasta llegar a la pluma”.

Una cisterna de lluvia no es otra cosa que un sistema para recolectar agua de lluvia y emplearla. Depende del presupuesto y las necesidades, el agua que provenga de la cisterna puede utilizarse solo para limpieza e irrigación, o hasta para los inodoros. Y si se quiere para todos los usos en la casa se puede tratar para hacerla potable.

¡Quiero una cisterna!

Parés repasa los pasos a seguir para incorporar certeramente una cisterna en una propiedad. Estas vienen prefabricadas o se pueden construir a la medida.

Primero, “hay que analizar el espacio donde conviene colocarla y verificar el estado del techo. El techo debe tener la inclinación adecuada y estar limpio”, indica el también consultor para obras LEED, quien ha diseñado estos sistemas en varios proyectos certificados.

Segundo, “hay que buscar la manera de llevar el agua del techo a la cisterna. Esto se logra por medio de tubería y filtro. El agua que saldrá de la cisterna debe estar filtrada y libre de partículas. Por ende, el tubo que va de camino a esta requiere de un filtro para evitar que la misma se llene de sedimento”. En el caso de que la cisterna de lluvia sea solamente para usos exteriores, un “diversor” o “diverter” es suficiente y no requiere un sistema de filtración.

Tercero, decidir qué tamaño de cisterna conviene. Puede ser una sencilla para recoger hasta 300 galones que se compra en ferreterías como Home Depot o a través de distribuidores, hasta una a todo dar soterrada y “custom” con capacidad para 10,000 galones.

“El tamaño depende del volumen de lluvia, la demanda de consumo y el tiempo que quieras almacenar. Es imperativo hacer un análisis para evaluar todos estos puntos. Depende de cuánto llueve en la zona se calcula el tamaño de la cisterna a requerirse”.

Una unidad promedio unifamiliar (de dos y medio baños) consume 300 galones al día, según la Guía de Diseño de la Junta de Calidad Ambiental. La primera opción entonces que puede escoger un propietario es recolectar el agua por gravedad desde el techo. A esta se le coloca una cisterna de 500 galones cuya agua será solo para uso de limpieza e irrigación, explica el ingeniero. Asegúrese de seleccionar cisternas con tratamiento contra rayos UV.

Más allá de limpieza e irrigación

“La segunda opción es ponerle una bomba (cuesta unos $450). Esta la instalaría un contratista porque requiere que se lleve energía a la bomba. Y si tiene bomba, se necesita un filtro para departicular el agua y evitar que se tapen o dañen las tuberías. El filtro protege el sistema de tubería y equipos para que el agua quede sin olor y limpia”.

Ahora bien, si desea que la cisterna alimente las griferías e incluso se use para beber, hay que añadirle un banco de filtros que incluye: filtro de sedimento para particulado; filtro de carbón para olores y sabor, y filtro de luz ultravioleta u ozono para evitar la formación de bacterias (estas deoxifican el agua y crean alga). Hay que asegurase que el material de la cisterna sea resistente a estos rayos.

Este sistema más sofisticado requiere de un “back up” de suplido de agua potable para evitar que la cisterna, en caso de no haber lluvia, se vacíe.

Mantenimiento

Las cisternas prefabricadas requieren que de vez en cuando se les dé un “flush” para mantener limpios el filtro y la bomba. El mismo propietario puede ocuparse de esta sencilla tarea.

“Hay que evitar que las cisternas se sobrecarguen y desborden. Para lograrlo se usa una tubería de agua que lleva el exceso hacia el sistema pluvial de la cuidad. Es de suma importancia que se mantenga el nivel de agua óptimo”, advierte Parés. Este componente se conoce como el “overflow”.

“Sea cual sea la necesidad, la tecnología del recogido de agua de lluvia es milenaria y sencilla. La misma debe ser puesta en práctica en lugares tan privilegiados como nuestra isla, donde el agua es abundante pero cuyos embalses no dan a vasto por la sobrepoblación”, recalca Peña-Carro.

EN LA AAA

La AAA puede requerir que se instale un metro de agua en la cisterna. ¿Por qué? El sistema de facturación de la AAA se divide en costos por agua potable y costos por alcantarillado (tratamiento de aguas negras). El costo del alcantarillado se basa en el consumo de agua potable. Por consecuente, la casa que se alimenta de agua de lluvia seguirá descargando aguas negras por el mismo sistema de la AAA. De esta forma, la AAA no tiene cómo facturar el alcantarillado al no poder medir el volumen de agua descargado, ya que proviene de la lluvia, en vez de por el metro que se encuentra en la entrada de la casa.

Para información, llame al ingeniero Rafael Parés al 787 439-5677 o escriba a rpares@rapconsultingengineer.com.

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