Precaución ante la temporada de huracanes 2013
La temporada de huracanes del 2013 comenzó oficialmente el 1 de junio y se extiende hasta el 30 de noviembre.
Por Ada R. Monzón / Especial para Construcción
Este lunes, 29 de julio da comienzo el evento de Huracanes y Casa Segura 2013 en Plaza Las Américas, justo cuando inicia el pico de la temporada de huracanes. Y es que reconocemos que en estos momentos, todo Puerto Rico, desde los que residen en las zonas inundables, en una casa en la montaña o en un apartamento en la ciudad, tienen que estar listos para enfrentar cualquier amenaza atmosférica.
Es ahora que necesitamos tener la información clara, correcta y precisa para poder protegernos en caso de que se emitan avisos de tormenta y huracanes, y no ocurra confusión.
HIPERACTIVA LATEMPORADA DE HURACANES 2013
Esta temporada de huracanes está más activa de lo normal, sobre todo en el Caribe. No hay forma de saber si Puerto Rico será azotado o no en esta temporada de huracanes, o si algún huracán de categoría mayor pasará sobre la Isla. Sin embargo, a continuación verán las señales científicas que sugieren que el 2013 será un año de una o varias amenazas para Puerto Rico y el Caribe:
1. Altas temperaturas del Océano Atlántico: La franja principal de desarrollo ciclónico, que incluye desde la costa oeste de África hasta las Antillas Menores, tienen desde hace varios meses temperaturas del agua por encima de lo normal. Cualquier fenómeno robusto que encuentre las condiciones adecuadas para desarrollo en la atmósfera, recibirá el apoyo del océano con exceso de calor. Esta zona es donde se forma la mayoría de los ciclones tropicales que afectan o azotan a Puerto Rico.
2. Ausencia del fenómeno de El Niño: En la región del Pacífico, hay un fenómeno Neutral y una ausencia de El Niño. Esto implica la ausencia de vientos cortantes, por lo que los vientos en la atmósfera del Atlántico no serán impedimento para el fortalecimiento y desarrollo para huracanes de mayor intensidad. Se espera que Neutral prevalezca en los meses de agosto, septiembre y octubre, con un 57% de probabilidad.
3. Debilidad de los vientos alisios: La debilidad del sistema de Alta Presión del Atlántico se ha notado en la presión general y en la poca capacidad que ha tenido el viento de impulsar eventos de polvo del Sahara. Es normal que estos eventos comiencen desde abril, pero no ha sido hasta junio que este particulado pudo llegar desde África. Mientras más débil es el viento de las corrientes de aire, mayor es la oportunidad de formar ciclones tropicales.
4. Estamos dentro de ciclo natural de alta actividad ciclónica: Desde el 1995, el Atlántico está bajo un ciclo natural de la atmósfera que se le conoce como la Oscilación Multidécada del Atlántico. Este es un ciclo que dura de 15 a 30 años y aún está una fuerte vaguada monzónica que surge desde África hasta el Atlántico y que actúa como foco de origen para los ciclones tropicales.
Para Puerto Rico, los Dr. Klotzbach y Dr. Gray predicen que la posibilidad de que un ciclón tropical se ubique dentro de 50 millas de las costas de Puerto Rico puede ser 50% de probabilidad de impacto de una tormenta, 26% de un huracán y 8% de un huracán intenso. Las probabilidades promedios son de 33% de ser impactado por tormenta, 15% de un huracán y 5% de un huracán intenso.
Es hora de pensar en nuestro plan familiar y el plan de acción. La temporada de huracanes del 2013 comenzó oficialmente el 1 de junio y se extiende hasta el 30 de noviembre.
EL ASPECTO SOCIAL DE LAS EMERGENCIAS
La realidad es que cada temporada de huracanes presenta retos diferentes y cada fenómeno pone a prueba nuestro conocimiento y preparación. Este año, con la activa temporada de huracanes y la situación económica que vivimos, el sentir general es que pocos están invirtiendo en fortalecer sus hogares a efectos de vientos o del agua y hay menos esfuerzos a dar mantenimiento a propiedades o infraestructura.
Ahora bien, ¿Puerto Rico está preparado para esta temporada de huracanes? La respuesta está en cómo enfrentamos las emergencias y cuánto estamos haciendo para evitar los daños que pueda ocasionar cualquier amenaza atmosférica.
Como País tenemos una gran vulnerabilidad. Nuestra ubicación geográfica en el Atlántico y sobre la Placa del Caribe, junto a nuestra topografía, nos hace vulnerables a huracanes, inundaciones, derrumbes, terremotos y tsunami. Tenemos un 47% de la población de la Isla (según datos de FEMA) viviendo en zonas inundables y los problemas de inundaciones son recurrentes en sectores porque no se resuelven.
Desde el aspecto meteorológico y sismológico, hay unas limitaciones científicas que son intrínsecas e inevitables. En el caso de terremotos, no es posible avisarlos y la capacidad de avisar un tsunami estará limitada a escasos minutos si el epicentro del terremoto o deslizamiento submarino ocurre cerca o debajo de Puerto Rico.
En el caso de fenómenos como ciclones, ondas, frentes y vaguadas, hay tiempo de aviso, hasta con 5 o 7 días de antelación. Los pronósticos de trayectoria de estos son bastante efectivos y es donde menos errores ocurren, haciendo salvedad de los posibles cambios. En cuanto a intensidad, es difícil pronosticarlo, porque todavía no se entienden bien ni se pueden medir en forma constante los procesos que controlan la producción de lluvias torrenciales, extensión del campo de vientos o la intensificación de vientos.
Eventos históricos son casi imposibles pronosticar, pero sí se pueden estimar áreas geográficas que pueden ser afectadas por tornados o lluvias torrenciales, aunque no pueda decirse dónde o cuándo van a ocurrir.
Dentro de lo impredecible de la naturaleza, hay formas de prepararnos. La lección de vida que nos han dado las amenazas naturales es que todo aquel que tiene una cultura de emergencia, que se educa y se prepara con tiempo, sobrevive los fenómenos meteorológicos.
¿CÓMO MITIGAR UNA SITUACIÓN COMO ESTA?
1. Comience por su residencia. Evalúe, ya sea con inspección visual o con la ayuda de algún ingeniero o arquitecto, si su residencia resiste a vientos de 130 mph o más. Preste atención a las puertas, techos y ventanas, y pode los árboles, especialmente si tocan líneas eléctricas o están cerca sobre algún techo o estacionamiento. Si su residencia puede ser impactada por la fuerza del agua de una inundación de ríos o por la inundación costera o marejada ciclónica, o por un derrumbe, conozca las medidas o seguros que debe tener la propiedad para minimizar el impacto del agua y evitar la pérdida de vida.
2. Conozca las necesidades de las comunidades. Los líderes comunitarios, oficiales de manejo de emergencia y líderes del gobierno tienen que conocer y las necesidades de las comunidades que sirven antes de que ocurra el ciclón, especialmente las que son de alto riesgo y donde hay personas con necesidades especiales.
3. Mayor educación. Es importante que su urbanización, negocio, iglesia o comunidad escolar adquiera mayor educación sobre el tema. Adquiera conocimientos en primeros auxilios con la Cruz Roja Americana y sea parte de los grupos de Community Emergency Response Teams (CERT) bajo los adiestramientos gratuitos que ofrece la Agencia Estatal y las Oficinas Municipales de Manejo de Emergencia (787-724-0124).
Las decisiones que tomamos hoy, determinarán la magnitud de un desastre de mayor o de menor impacto en la Isla. Utilice esta lección de vida para que pueda enfrentar con seguridad las próximas amenazas. Ocúpese de su casa y su familia. La información que le llegará de diferentes fuentes, desde el Centro Nacional de Huracanes, del Servicio Nacional de Meteorología, del Centro Meteorológico del Caribe, medios de comunicación y del Gobierno son por su seguridad.
Hay que actuar con cautela con cada situación meteorológica que nos amenace y no permitir que la dejadez evite poner en acción nuestro plan familiar cuando sea necesario.
La autora es Jefa de Meteorología Univisión P.R Para información, puede comunicarse a través de amonzon@univision.net, o a través de las redes sociales en Twitter: @cmctiempo y en Facebook: Centro Meteorológico del Caribe (facebook.com/cmcaribe).